¿Qué es el Método Pilates?
El método Pilates (MP) es un método de acondicionamiento físico dirigido a trabajar el cuerpo y la mente en su conjunto. El MP contiene más de 500 ejercicios de fuerza de flexibilidad y de movilidad. (Domínguez y García, 2007)El MP surge de una combinación de movimientos de técnicas como el yoga, la gimnasia, las artes marciales y la danza.
Es un sistema de ejercicios que combina las técnicas orientales como el yoga y la meditación zen con las con las occidentales, lo mejor de la gimnasia tradicional, la gimnasia sueca y las técnicas de rehabilitación corporal aunando el trabajo cuerpo y mente, Joseph Pilates lo llamo Contrología.
El MP aporta flexibilidad, tonificación y equilibrio corporal tanto a nivel físico como psíquico. Siendo una eficaz herramienta en la prevención de lesiones, como base de cualquier deporte y también se utiliza para la rehabilitación.
Una de las características principales del MP, en diferencia con las tendencias de los últimos años del fitness, es que no trabaja de forma aislada los músculos, sino que trata el cuerpo como un “todo integrado”. Se refiere a la implicación del sistema músculo esquelético con el sistema neuromotor. Es decir, cómo se organiza el movimiento desde el Sistema Nervios Central y la respuesta que se produce a nivel muscular. (Domínguez y García, 2007)
En contraste con los métodos tradicionales de acondicionamiento físico, en los que se busca la máxima contracción voluntaria, el MP se centra en el reclutamiento de unidades motoras más efectivas. Esta forma de trabajo nos permite poner énfasis en la eficiencia energética y la calidad de la ejecución. Facilitando los músculos posturales en la secuencia correcta, se puede ayudar al alumno la eficiencia de la postura dinámica y estática y así disminuir de forma significativa las fuerzas de desgaste auto-inducidas (Anderson y Spector, 2000)
Al igual que desde el aspecto biomecánico trabajamos el cuerpo como un “todo integrado”, también se hace en cuanto al desarrollo de las capacidades físicas de fuerza y flexibilidad. En cada movimiento se realiza un trabajo combinado y simultaneo de fuerza y flexibilidad, de forma que se habitúa al cuerpo a realizar un esfuerzo controlado y relajado. Es decir, sin someter al cuerpo a una excesiva tensión. (Domínguez y García, 2007).
En la mayoría de deportes, se trabajan los principales músculos movilizadores, y a medida que estos se fortalecen e hipertrofian, encontramos debilitada la musculatura estabilizadora, puede deberse, tanto a una debilidad muscular como a una falta de propiocepción de la zona (Johansson y cols.1991). Localizar estos músculos requiere grandes dosis de concentración, control y precisión, por eso se describe el MP como un “ejercicio consciente”. (Siler 2000).
Las personas que practican el MP afirman que los movimientos se ejecutan mejor y con mayor facilidad, cuando se emplean imágenes mentales y mecanismos de feedback que cuando se busca la contracción máxima de los músculos.
El volumen de trabajo no es elevado. Se realizan entre 6 y 12 repeticiones de cada movimiento. Buscando la calidad más que la cantidad de movimiento, para que los músculos se trabajen de forma precisa y eficaz. Factor que se pierde cuando el cuerpo está cansado.
Los ejercicios originales del MP a lo largo de todos estos años con el avance de las ciencias, han ido evolucionando con el fin de que los pacientes optimicen los patrones motores. Minimizando la actividad muscular no deseada, que suele ser la causante de movimientos ineficaces y fatiga temprana que puede dar lugar a lesiones. La gran ventaja la encontramos en que los dichos patrones no los aplicaras sólo en las sesiones de Pilates, sino que se van asimilando y aplicando en las actividades de la vida cotidiana.
En la actualidad es una técnica cada vez más utilizada en el ámbito de la medicina y la rehabilitación. Se han realizado estudios relacionados con el dolor de espalda y el MP (Geweniger, 2002)
(Mallery y cols. 2003) hicieron un estudio en el que se realizaba un trabajo de fuerza muscular con ancianos hospitalizados, el cual incluía entre otros, ejercicios del MP que podían realizarse cómodamente en la cama.
Los resultados mostraron que se obtenían beneficios de fuerza y de adherencia al programa.
Desde 2004 encontramos estudios relacionados con el MP, en los que tratan de comprobar los cambios de diferentes aspectos como son la reducción de dolores de espalda, flexibilidad y la composición corporal.
Segal NA y cols en 2004, encontraron mejoras en la flexibilidad pero no en la composición corporal; en cambio Aznar, García y Sillero en 2003 si que encontraron cambios en la composición corporal en estudiantes de CC del deporte. Al igual que Jago R y cols en 2006 con niñas de 11años; observaron una reducción del Índice de Masa Corporal tras un periodo de práctica del MP.
En cuanto a la reducción de dolores de espalda, Rydeard R y cols; y Donzelly y cols, ambos en 2006 observaron una disminución en la incapacidad producida por el dolor de espalda con la práctica del MP.
Deberíamos destacar la primera tesis doctoral de la que tenemos conocimiento sobre MP. Presentada por Brent Anderson, en diciembre de 2005, en la Universidad de Miami. En ella, compara el tratamiento de dolor de espalda crónico y recurrente, con técnicas activas representadas por el MP y técnicas pasivas que fueron los masajes. Indudablemente los beneficios fueron superiores en el grupo que trabajó con MP, que el grupo de terapias pasivas; tanto en aspectos físicos y emocionales como en la reducción del dolor de espalda. (Domínguez y García, 2007).
Hay un estudio en el que se revisaban ensayos relacionados con los beneficios del Pilates en la salud de las mujeres desde el año 1980 hasta el 2014. Entre otros resultados, se encontraron evidencias de reducción del dolor, mejora en la calidad de vida y resistencia en las extremidades inferiores. (M. Mazzarino, D. Kerr, H. Wajswelner y M. E. Morris, 2015).
En 2017 se hizo una investigación para comparar los efectos de los ejercicios clínicos de Pilates con los de los ejercicios estándar de linfedema en el desarrollo del linfedema posterior del tratamiento para el cáncer de mama. Se hicieron dos grupos, uno que practicaba el método Pilates y otro de control. Los resultados fueron que ambos grupos se recuperaron de los síntomas significativamente, pero el grupo de ejercicio clínico de Pilates, las reducciones en la severidad del linfedema, las mejoras en la escala de ansiedad, la calidad de vida y las funciones de las extremidades superiores fueron superiores que en el grupo de control.
Por lo tanto los ejercicios clínicos de Pilates se pueden considerar seguros para los programas de tratamiento. (H. Özlem Şener, M. Malkoç, G. Ergin, D. Karadibak y T. Yavuzşen 2017).
Ramón Valls Roget.