Respiración, un abanico de recursos
El proceso de inhalar y exhalar además de ventilación pulmonar tiene gran diversidad de usos.
Desde producir cambios en el tono del cuerpo, rehabilitación, dominio deportivo, el canto, gestión emocional e incluso para llegar a estados alterados de conciencia.
El ritmo de ventilaciones por minuto es muy diferente entre las personas, está condicionada por la edad, morfología, los sentimientos, nivel de fitness, etc. Encontramos niveles muy extremos que van desde 60- 80 ciclos/minuto los recién nacidos, hasta 7-8 ciclos en personas entrenadas y estados de relajación. Un ritmo “normal” oscila en entre 12 y 17 ciclos.
En las clases de Pilates u otras técnicas de reequilibrio corporal. Cuando se plantean ejercicios cuyo objetivo es mantener una respiración fluida a la vez que contraemos la musculatura abdominal. Es recomendable usar una respiración torácico posterior e inferior.
Puedes probar a orientar el movimiento a la zona abdominal en un ejercicio que requiera control del abdomen, como en un Teaser. Percibirás como es mucho más complicado que si diriges el movimiento al tórax.
En las técnicas orientadas a reequilibrar el cuerpo, es corriente mantener durante toda la sesión el control de los tiempos de toma y expulsión del aire.
Cuando planteamos ejercicios bastante retadores, es intersante tener en cuenta que mantener un ritmo respiratorio y a la vez encontrar calidad en el movimiento pueden ser demasiadas tareas a la vez. Pudiendo aparecer poca fluidez.
De forma que podemos trabajar por partes:
- Plantear primero el ejercicio sin nombrar la respiración. Dejando que la fisiología genere las adaptaciones a la demanda.
- Y una vez que existe mayor dominio integrar el ejercicio con la respiración, o no…
Cuando el objetivo sea movilizar la columna usar la inspiración o la espiración puede facilitar la tarea, en principio:
- Las exhalaciones facilitan los gestos de flexión y las inhalaciones los de extensión.
- Las respiraciones en un lateral del tronco ayudan a las inclinaciones laterales.
- Y la combinación de la respiración es práctico para las rotaciones.
Aunque se puede utilizar justo de forma contraria, con el fin de aumentar la movilidad articular y trabajar nuevos patrones de movimiento. La variedad siempre nos va a dar mayor motricidad.
Una buena forma de terminar las clases es con ejercicios respiratorios. Que podemos encontrar e innovar prácticamente sin límites.
A mí me gusta mucho utilizar las apneas respiratorias. Tras la inspiración aparece un corto periodo de pausa del flujo respiratorio y después de la espiración suele ser un tiempo más largo.
Durante estos espacios de tiempo se producen suspensiónes del movimiento, en las cuales el cuerpo se encuentra con mínimas tensiones ya que prácticamente no se está contrayendo ningún músculo.
En una posición de descarga, como tumbado supino es perfecto aprovechar estos periodos para tomar conciencia y relajar el cuerpo.
Pero también se puede aplicar estando sentados o de pie, buscando mínimas tensiones y buena alineación corporal. Puede ser un recurso más para realizar pequeñas relajaciones a lo largo del día.
Ramón Valls.